martes, 29 de noviembre de 2011

La lucha final por la Copa.1955. Entrega III

... y llegamos a Nervión. Se jugó este partido de vuelta de las semifinales de Copa bajo un sol potente propio de estas fechas en nuestra ciudad. Alrededor de 40.000 personas fueron testigos de este choque del que puede afirmarse, sin lugar a duda alguna, que pocas veces hasta esta fecha una afición había vibrado con tanta intensidad y entusiamo como en esta ocasión la sevillista, electrizada por el colosal partido que llevaron a cabo los hombres que esa tarde vestían la camiseta blanca.
Los equipos presentaron las siguientes alineaciones:


Sevilla FC.- De Izqda. a Drcha..; de pie: Vera (portero suplente), Doménech, Guillamón, Valero, Loren, Bustos, Campanal y Arza. Agachados: Espina, Pepín, Enrique y Liz.


Real Madrid.- De Izqda. a Drcha.; de pie: Alonso, Navarro, Marquitos, Atienza II, Manolín Zárraga y Juanito (portero suplente). Agachados: Castaños, Joseíto, Molowny, Rial y Atienza I.



De salida, el Sevilla ataca con un juego e ímpetu arrollador hasta el punto que los jugadores madrileños son incapaces de cortar este ritmo. La delantera sevillista se planta una y otra vez ante la portería madrileña y sólo por la falta de puntería no se anota en esos momentos algún tanto. No obstante, se producen varios corners y remates magníficos que no son gol de puro milagro.



Alonso desvía a corner apuradamente un centro cerrado de Doménech ante la atenta mirada de Atienza II.






Los sevillistas animan sin cesar a su equipo y esperan, como justo premio al juego que el equipo está realizando, que los goles comiencen a subir al airoso marcador de Nervión.
Esto no se hace esperar y a los 14 minutos de juego y con el mismo dominio permanente sevillista, Loren y Arza hilvanan una bonita jugada que este último corona con un soberbio chut que llega al fondo de la portería de Alonso.

El formidable chut de Arza va hacia las mallas sin que la
espectacular estirada de Alonso pueda evitarlo.


Arza salta alborozado después de conseguir el primer tanto sevillista
y Espina corre a abrazarlo, ante el desconsuelo de Navarro y Marquitos.



La ovación con que el público acoge este tanto es inenarrable. Se podía intuir que, en este momento, el Sevilla había resuelto la eliminatoria y conseguido el pase a la final.









Hay una esporádica reacción del Madrid y Atienza I dispara un balón al poste. A continuación en un fallo de Campanal, Joseíto intenta el tiro yendo fuera el esférico.

Sin dar tregua ni descanso a su rival, el Sevilla impone su completo dominio y vuelve a cantarse el gol en los abarrotados graderíos de Nervión, con ocasión de dos corners, que de forma consecutiva, se lanzan sobre el portal de Alonso.
                                                                                                             

 





Segundo gol sevillista. Espina, a la derecha, recogerá el balón
y de un tiro colocado lo llevará a la red.


Espina remata de cabeza mientras
Marquitos y Atienza II cubren la
puerta y Zárraga y Alonso ruedan
por el suelo.

Esta jugada no tuvo consecuencias
en el marcador.








Se llevan 25 minutos de este primer tiempo cuando Doménech envía una pelota al área madrileña, donde se encuentran Loren y Espina, y este colocando magistralmente el balón obtiene el segundo tanto.
Se repite la gran ovación y muestras de júbilo.







Un minuto después, Pepín suelta un fuerte disparo que es interceptado en última instancia por el defensa Atienza II, y casi no ha transcurrido otro minuto cuando Liz realiza una magnífica jugada personal forzando la salida de Alonso y cediendo el esférico a Arza que de esta forma logra el tercer gol.
En estos momentos la euforia del público raya con el delirio. Gritos de aliento, vítores, pancartas y hasta cante por sevillanas. Verdaderamente había motivo para ello, pues no existía otro equipo sobre el campo qu el Sevilla, dando el Madrid una "maravillosa" sensación de inferioridad, y no por su propia debilidad sino por el juego pletórico de aciertos de su contrario que siempre que se lo proponía rompía con la mayor facilidad cualquier tímido intento capitalino por librarse del aplastante dominio de que era objeto.

Desbordadas por su impotencia las líneas defensivas madrileñas, el Sevilla, semejante a un tsunami, sigue volcándose sobre el área contraria.

Uno de los muchos avances sevillistas. Liz intenta la internada con Atienza II cerrándole el paso.
Pleno acoso del Sevilla. Alonso bloca un peligroso centro ante la mirada de Loren.

A los 34 minutos, un trallazo de Arza se estrella en el poste y, al minuto escaso, Loren recibiendo un pase de Arza, suelta un enorme zambombazo que se estrella en las mallas y supone el cuarto gol andaluz.


Loren, de fuerte disparo obtiene el cuarto tanto para el Sevilla. Navarro intenta inutilmente evitar el tiro.
 
Posteriormente a este tanto se registró una de las contadas jugadas por parte de la delantera madridista, con escapada de Molowny, que finalmente tiró alto, y sin más novedades dignas de mención finalizó este primer período.                                                                                                                                                      
 
En la segunda parte, el Sevilla, muy prudentemente, puso freno a sus ímpetus y no se esforzó tal como lo hizo anteriormente a pesar de lo cual en los 5 primeros minutos puso sitio nuevamente a la portería del Madrid, sucediéndose chuts de Pepín y de Arza, así como dos corners casi seguidos, todo ello sin consecuencias.
                                             

 Remate de cabeza impetuoso de Doménech que saldría fuera por poco, mientras Liz es marcado estrechamente por Atienza II.

 Pleno de empuje, Loren remata de cabeza sobre la puerta madrileña sin que en esta ocasión se lograra mover el marcador.


 

El juego se nivela por unos momentos y el Madrid realiza algunas incursiones peligrosas tirando Rial una falta  contra el Sevilla que rebota en la barrera y sale a corner que es lanzado sin resultado para los visitantes.                                                                                                                                             
Se llevan 20 minutos jugados cuando tiene lugar una incidencia que dará idea del interés que el Sevilla ponía en la pelea aún a estas alturas de partido; Campanal entra a Joseíto, entrada fuerte, pero con la virilidad y nobleza inherentes en el defensa internacional, y ambos jugadores van a caer sobre un locutor de radio que tiene que ser asistido de resultas del topetazo.

En estos momentos, el Sevilla, que ha tomado de nuevo las riendas, realiza un bonito juego de conjunto, aunque sin la avasalladora furia de la primera parte. Parece que quisiera demostrar que sin necesidad de exponer el máximo ni agotar todas sus reservas físicas también puede encauzar el juego, siempre bajo los moldes de su indiscutible superioridad.

Trenza el juego en el centro del campo recreándose permanentemente en las jugadas poniendo de manifiesto que tenían al Madrid a su merced.

Esto no quiere decir que Alonso no tuviera trabajo, pues Arza con sus tiros y Loren con su empuje, le hicieron intervenir en más de una ocasión.


Colocado chut de Espina que Alonso aún llega a tiempo de desviar a corner, impidiendo así un nuevo gol.


El portero del Madrid, Alonso, despeja de puño, malogrando el valiente remate de Loren, delantero centro sevillista.


Sin embargo, el público, sin duda, no estaba saturado todavía de emociones y pedía más goles a gritos. El Sevilla quiere ofrecer una jornada completa a sus incondicionales y fuerza nuevos ataques buscando el camino del gol otra vez. Este llega a los 38 minutos como desenlace de un corner. Doménech agarra un fuerte chupinazo que Alonso rechaza con apuros, recogiendo la pelota Loren que, entre un enjambre de contrarios, coloca el balón en la red.                                                                                                      


Los delanteros madrileños contemplan desolados como el esférico entra por quinta vez en su puerta impulsado por Loren. Es el 5-0 con que terminaría el encuentro.

Enorme ovación y se reproducen las voces de alieno que en realidad no cesaron durante todo el partido. Los minutos finales transcurrieron sin nada más que merezca destacarse.

Terminado el encuentro, la afición sevillista dió rienda suelta a su alegría vitoreando a sus jugadores y saltando al terreno de juego para llevar a hombros al entrenador Helenio Herrera, hasta los vestuarios.


Helenio Herrera, entrenador del Sevilla, es llevado triunfalmente en hombros hasta los vestuarios por un grupo de entusiastas sevillistas.



De realmente extraordinario puede calificarse este partido jugado por el Sevilla. Dió una soberana sensación de poderío, y la claridad del resultado obtenido, es el diáfano espejo, donde se refleja sin ambajes su rotunda superioridad sobre el Madrid.                                                                          















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