domingo, 8 de junio de 2014

La Memoria Recordada

Echando la vista atrás no muchos meses, podemos apreciar una cierta aceleración en el ritmo de actos de homenaje dedicados a figuras estelares del SFC y a recordar hechos trascendentes sucedidos a lo largo de la vida del Club y que sin ninguna duda son dignos de destacar.

Esta proliferación de celebraciones nos dignifica como entidad y a mí personalmente  me agrada sobremanera, no en balde dedico gran parte de mi tiempo a investigar y estudiar nuestro pasado por lo que todas estas circunstancias me resultan familiares y de una lógica aplastante.

Sin ir más lejos, releyendo hace unos días viejos artículos publicados en la revista, ya desaparecida, SFC 1905( desconozco si la fecha tuvo algo que ver) de nuestro inolvidable historiador Agustín Rodríguez, me pareció muy oportuno republicar en sucesivas entregas esta serie que se denominó "Testimonio" con la finalidad de contribuir a divulgar nuestro pasado y honrar el gran trabajo que Agustín realizó en esta materia.

Esta primera crónica que mostraré de forma textual aparece en una de las publicaciones de diciembre de 2006 y, aunque no me sorprendió conociendo al autor, sí creo de justicia destacar su capacidad para extrapolarse de la actualidad que estaba viviendo el Sevilla, sin precedentes en nuestra Historia, y adentrarse sin más en febrero del año 1925.
      ¡ Genial. Los sevillistas somos así !

Recuerdo que nos acababan de nombrar ¡mejor equipo del mundo!

y todo eso porque nos habíamos entretenido durante el último año en confeccionar esta lista...


Y aún nos sobraba tiempo para liderar la cuestión doméstica


Pero dejemos estos ligeros detalles y centrémonos en lo nuestro,
este es el artículo que se publicó en esta revista.


y aquí su transcripción completa:

                                   Comentario en Blanco y Negro

En la revista nacional Blanco y Negro del día 1 de febrero de 1925, el prestigioso periodista Juan Antonio Sánchez Ocaña escribe lo siguiente:

"La jornada del domingo tuvo una nota verdaderamente sensacional: el partido jugado en Sevilla entre los equipos de Andalucía y la Selección de Budapest. El resultado de la lucha constituyó para el primero un éxito definitivo. Ahí es nada empatar con los que el domingo anterior vencieron netamente a la Selección Italiana en Milán. La hazaña tiene una gran importancia porque, en tanto que la representación de Budapest era una auténtica selección, el equipo andaluz, a excepción de un sólo jugador, estuvo formada por el Sevilla FC, ese once de juego práctico y preciosista, a un tiempo creador de una escuela que hoy día no tiene rival en la península.

El resultado del match tiene una importancia excepcional, no solamente en lo que atañe al prestigio del fútbol español, sino porque con él el Sevilla se nos presenta como uno de los equipos que con mayor mérito pueden aspirar al título de campeón nacional.

¡ Quién hubiera pensado hace diez años que Sevilla, cuna de toreros famosos, iba en un tan corto lapso de tiempo, a lograr tan ruidoso éxito en el terreno deportivo !

Felicitemos pues a los bravos futbolistas sevillanos que con un esfuerzo entusiasta han conseguido, al mismo tiempo que un señalado triunfo moral- de haberles acompañado la suerte hubiera sido efectivo- que la afición española espere con optimismo el próximo encuentro que en Valencia han de disputar las selecciones de España e Italia.

Sevilla FC: Avilés, Sedeño, Herminio, Ramoncito, Ocaña, Gabriel, Roldán, Spencer, Rey, Kinké y Brand fue la alineación que presentó el equipo blanco. El partido se jugó en el campo Reina Victoria que registró un lleno total, viéndose muchos aficionados que habían llegado de toda la provincia, así como de las ciudades vecinas de Cádiz, Córdoba y Huelva".

El único jugador que no pertenecía al Sevilla de ese combinado era Ramoncito que en esos momentos pertenecía al Betis. Este futbolista se había iniciado en los escalafones inferiores del Sevilla, jugando en el primer equipo la temporada 17/18. Concluida esta, Ramoncito decide fichar por el Betis a cambio de un automóvil, que el Sevilla no quiso comprarle. El resto del equipo se formó con los titulares del Sevilla y entre ellos se encontraban el magnífico guardameta Eduardo Avilés, los extraordinarios defensas Sedeño y el internacional Herminio, los expertos medios Manolo Ocaña y Gabriel y el embrión de lo que más tarde sería la "Línea del Miedo". En este encuentro ya jugaron Spencer, Kinké y Brand. Roldán y Rey completarían la delantera.

Como complemento a este delicioso artículo sacado a la luz por nuestro maestro Agustín, aquí tenemos la foto, de la revista mencionada en el mismo color del título, de este inolvidable partido.